Ernest Borgnine (1917-2012). Un Emperador del Norte que se acaba de ir.

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Ernest Borgnine (Hamden, Connecticut; 24 de enero de 1917 - Los Ángeles, California, 8-9 de julio de 2012), ganador de los premios Óscar y Globo de Oro, ha pasado a engrosar el recuerdo de los amantes del cine y ha dejado un poso que costará mucho, mucho tiempo que se rellene. No valen los Norris ni los Van Damme. Esto era otro tipo de caldo, un individuo de faz bonachona pero que si te acertaba a la primera leche que te metiese no la ibas a olvidar fácilmente, si recobrabas el conocimiento.
Ha caído un secundario de lujo que era un AVE lanzado a toda velocidad por los raíles que marcaron el cine de Hollywood desde los cuarenta, incluso antes y, por supuesto, antes de los niñatos, los colorines, la infografía, los ordenadores y el 3-D. Aunque fuera a lomos de su vieja locomotora, “El Emperador del Norte”, había algo de fiero e ingenuo en sus formas, algo distinto a lo que los Cameron intentan acostumbrarnos. Estaba hecho de otra madera que los palillos de mondadientes crepusculares actuales.

EL EMPERADOR DEL NORTE, TRAILER REVISADO.

Como dice acertadamente David Torres en Público, es en su post “El último tren de Ernest Borgnine” (http://blogs.publico.es/davidtorres/2012/07/11/el-ultimo-tren-de-ernest-borgnine/: Ha muerto Ernest Borgnine y con él se ha ido para siempre el último duro de verdad, el último proletario del cine, uno de los pocos capaces de aguantarle una pelea a trompadas a Lee Marvin o un plano corto a Spencer Tracy, una especie ya extinguida en Hollywood. Tenía los ojos como cables pelados y una enorme cabeza de bull-dog donde su simple y enorme bocaza de dientes separados podía ser una promesa de bondad o una amenaza de muerte. Tenía un físico monumental como un saco de patatas y un rostro como otros diez kilos de patatas con los que podía hacer lo que le diera la gana.


Nadie daba miedo como él; nadie podía infligir tanta ternura en un solo gesto; nadie se murió jamás con el empaque de aquel jefe vikingo que soltaba una carcajada brutal antes de arrojarse a un pozo hirviente de lobos. A Sam Peckinpah se le saltaron las lágrimas tras sus gafas oscuras cuando vio a Borgnine imponer su terrible elegancia ante la cámara en las primeras tomas de Grupo salvaje. La sonrisa que esgrime cuando William Holden sale del burdel rumbo hacia la masacre no tiene parangón en la historia del cine; si acaso, sólo podría compararse con la mueca afable del samurái gordo en Los siete samuráis, de Kurosawa, cuando le dicen que, si acepta el trato de los campesinos, va a guerrear por nada, por dos platos de arroz al día. “Quizá pierdas la vida” le advierten. “Para eso estamos” parece responder el samurái gordo, lo mismo que Borgnine antes de agarrar la escopeta.

LOS SIMPSON Y LA INTERVENCIÓN FUGAZ DE SU CARICATURA.

Resumiendo, La wiki nos viene a contar (Esta vez copio y pego porque no se desvía de mis apuntes):
Ermes Effron Borgnino nace en la modesta familia de inmigrantes italianos conformada por Carlo Borgnino y Anna Boselli, procedentes de Módena, Italia.
En 1952, se traslada a Los Ángeles, California para probar suerte en el cine, pero hizo su debut en una serie televisiva llamada "Captain Video and his Video Rangers". Al poco tiempo, recibe un papel importante en De aquí a la eternidad (1953), donde interpreta al cruel sargento "Fatso" Judson, que mata a Maggio (personaje encarnado por Frank Sinatra). Poco después, también entraría en el reparto de otros grandes clásicos como Johnny Guitar (1954), Veracruz (con Gary Cooper, Burt Lancaster, Sara Montiel y otras estrellas) y Conspiración de silencio (1955).

En 1955, Borgnine protagoniza Marty, versión de una serie de televisión y por la cual gana el Óscar de la Academia al mejor actor. A partir de ahí, la cara de Borgnine se hace habitual en muchas películas en las que participa como actor secundario. Así, la enorme lista de Borgnine en esta época incluye Banquete de bodas, junto a Bette Davis (1956) ; Los vikingos (1958); El vuelo del Fénix (1965); Doce del patíbulo (1967); Grupo salvaje (1969) y El abismo negro (1979).
Por su contribución en el mundo del cine, Ernest Borgnine recibió una estrella en el Paseo de la fama de Hollywood situada en el 6324 de Hollywood Boulevard. En 1996, Borgnine viajó por todos los Estados Unidos para encontrarse con sus fans. El viaje fue grabado y editado bajo el nombre de Ernest Borgnine on the Bus. Cuando no estaba trabajando en alguna película, Borgnine se mantenía sumamente activo realizando obras de caridad u organizando actos de beneficencia por los Estados Unidos.
Desde 1999, Borgnine dio su voz a la serie de Bob Esponja e incluso ha aparecido en un episodio de Los Simpson haciendo de sí mismo.
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Eso, resumido, es lo que nos cuenta la Wikipedia de lo que fue un gran actor que nos dejó, ley de vida, a los 95 años. Espero que haya fichado por la imaginaria Spirit of God Pictures Co YA QUE ERA BASTANTE CREYENTE (CADA UNO CON SU CADAUNADA)y le vuelvan a conceder un Oscar junto a Spencer Tracy. O alguno de tantos otros que llevan un tiempo criando malvas. Seguro que ahora estará tomándose más de una birrilla con Lee Marvin por hacer las paces de lo chuscos que fueron en “El Emperador”.

Descanse en paz. Ahora, ni él, ni yo, e imagino, ni el cine no es que estemos de luto, no es lo nuestro, pero tampoco estamos para bromas. No vaya a ser que se rife una torta y alguno lleve todas las papeletas si el amigo Ernest se da por aludido

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